El 45% de los directores generales del Grupo Ingka, el mayor minorista de IKEA, son mujeres, y el 56% de los líderes de los equipos de gestión minorista en 31 países son mujeres.
IKEA ha logrado romper el techo de cristal que impide a las mujeres acceder a las esferas ejecutivas de las empresas mediante el equilibrio global entre hombres y mujeres en los puestos de liderazgo.
Cuando la brecha de género atraviesa todas las estructuras de poder, y los ámbitos de una sociedad con una fuerte herencia machista, el hecho de diluir las barreras que obstruyen a las mujeres el acceso a puestos directivos se convierte en una incesante y tenaz actividad de deconstrucción.
El Grupo Ingka, el mayor minorista de IKEA, que representa aproximadamente el 90% de las ventas de su sistema de franquicias, ha alterado precisamente toda esa lacra sistémica poniendo el foco en la revisión feminista de la esfera laboral. Y es que, este mismo lunes, el minorista mundial escandinavo anunció que había alcanzado prácticamente la paridad de género en sus puestos directivos, proyectando luz a una realidad sumida en la oscuridad y en la desigualdad.
Ahora, dentro de la empresa, el 45% de los directores generales del Grupo Ingka son mujeres, y el 56% de los líderes de los equipos de gestión minorista en 31 países son mujeres. En este sentido, Ulrika Biesèrt, Directora Global de P&C del Grupo Ingka, se pronunció al respecto mediante el siguiente manifiesto con el que representa la identidad de la empresa: «En el Grupo Ingka, creemos que la igualdad de género en el hogar y en el trabajo está en el centro de la igualdad de género en la sociedad. A medida que nos acercamos al Día Internacional de la Mujer, en todo el mundo, las oportunidades justas y equitativas para las mujeres están, en el mejor de los casos, estancadas. Todos debemos hacer más para lograr la paridad de género».
Esa idea de fomentar una plantilla diversa e inclusiva se traslada asimismo a IKEA Australia, que ha obtenido resultados globales de equilibrio de género, con un 62,5% de mujeres en el equipo directivo australiano, liderado por la CEO y Directora de Sostenibilidad Mirja Viinanen. Actos revolucionarios e inspiracionales con los que alcanza la paridad dentro de la compañía, con una representación del 49% de las mujeres en los puestos directivos, y un 51% de hombres entre sus más de 500 directivos.
Romper el techo de cristal no ha sido una tarea sencilla para IKEA, quien lleva luchando por los derechos de la mujer desde hace diez años. Su propia marcha activista de impulsar y conquistar la igualdad de género comenzó en 2022, cuando el entonces director general de la empresa lo estableció como una prioridad. Un proyecto equitativo fortalecido ese mismo año, en el momento en el que se celebró en Suecia la primera reunión de la Red Abierta de Mujeres IKEA con los principales líderes de toda la empresa.
Ese evento marcó un antes y un después para la empresa, como un encuentro significativo en el que se presentaron las bases con las que alcanzar la equidad de género al 50/50 en un período de 10 años, incluyendo una serie de medidas que iban desde la implicación del Consejero Delegado, hasta la renovación de todos los procesos de recursos humanos, la formación sobre prejuicios o las revisiones salariales y las nuevas normas de contratación.
A lo largo de todo este tiempo, IKEA ha implementado todas esas políticas o sistemas de valores con los que ha alcanzado la igualdad de género, poniendo especial énfasis en su cumbre ejecutiva, en la que catorce de sus 31 directores generales (45%) son ahora mujeres. Mujeres que también representan actualmente el 56% de los equipos de dirección en todo el mundo.
Más allá de los puestos directivos, el minorista sueco ha regulado y activado otros aspectos cruciales como el hecho de ofrecer permisos de paternidad o maternidad de hasta 26 semanas, o de equilibrar las remuneraciones ofreciendo retribuciones basadas en el valor del puesto y no del género, inspirando como agente del cambio las bases de un futuro laboral equitativo.
Cortesía: https://forbes.es/